Interoperabilidad en salud en Chile: ¿qué exige y cómo aprovecharla?

La transformación digital del sistema de salud chileno avanza con fuerza, impulsada por la necesidad de compartir información clínica de forma segura, oportuna y estandarizada. Uno de los hitos más recientes en este camino es la publicación de la Ley 21.668, que modifica la Ley 20.584 y establece la interoperabilidad de las fichas clínicas para prestadores públicos y privados.

Cumplir con esta normativa es mucho más que un trámite técnico: implica reorganizar procesos, asegurar la calidad del dato y adaptar la infraestructura. En este artículo, exploramos qué significa la interoperabilidad para las organizaciones de salud en Chile, qué exige la normativa y cuáles son las oportunidades reales para optimizar la atención.

¿Qué es interoperabilidad en salud?


La interoperabilidad es la capacidad de distintos sistemas de información para intercambiar y utilizar datos de forma confiable, estructurada y segura. En el contexto sanitario, esto significa que hospitales, clínicas, laboratorios y aseguradoras puedan acceder a información clínica relevante del paciente, sin depender de procesos manuales o duplicados.

Por ejemplo, gracias a ella un médico en un establecimiento puede consultar resultados de laboratorio ingresados en otro, sin perder tiempo o tener que esperar a que se transfiera un informe por correo físico.

¿Qué exige la normativa en Chile?


La Ley 21.668 introduce modificaciones a la Ley 20.584 para garantizar que la ficha clínica —el instrumento obligatorio que registra los antecedentes de salud de una persona— sea interoperable entre diferentes prestadores.

  • Que los prestadores adopten medidas técnicas para asegurar la interoperabilidad de las fichas clínicas con otros prestadores.

  • Conservación de la ficha clínica por al menos 15 años, y responsabilidad sobre la protección de los datos personales.

  • Un marco de estándares, protocolos y arquitectura para la interoperabilidad, establecido por el Ministerio de Salud de Chile (MINSAL).

Retos principales para las clínicas privadas

  • La integración tecnológica de sistemas heredados que no fueron diseñados para intercambiar datos estructurados.

  • Garantizar la seguridad, confidencialidad y trazabilidad de los datos en ambientes interoperables.

  • Gestionar el cambio organizacional, ya que la interoperabilidad implica nuevos flujos de trabajo y responsabilidades.

Oportunidades reales para las clínicas privadas

  • Mejora de la continuidad asistencial: los profesionales tienen acceso a información relevante sin importar dónde se generó la atención.

  • Reducción de duplicaciones de exámenes y trámites gracias a la reutilización de datos.

  • Mejor relación con los pacientes, gracias a procesos más fluidos y visibles para el usuario.

¿Cómo prepararse para la interoperabilidad?

Para avanzar con éxito en este entorno, las clínicas pueden comenzar por:

  1. Evaluar sus sistemas actuales, identificando qué datos se producen, dónde y en qué formato.

  2. Adoptar estándares de interoperabilidad y asegurar que los nuevos sistemas los soporten.

  3. Definir una estrategia de datos que garantice la calidad, seguridad y reutilización de la información.

  4. Capacitar al equipo clínico y administrativo, para que entiendan los nuevos procesos operativos.

  5. Planificar una implementación progresiva, identificando flujos prioritarios y generando valor desde los primeros pasos.

Conclusión

La interoperabilidad en salud en Chile ya es una realidad normativa y un imperativo operativo. Adoptar un enfoque digital e integrado no solo cumple requisitos legales sino que prepara a las instituciones para ofrecer una atención más conectada, eficiente y centrada en el paciente.

En el nuevo modelo, la clave está en que la información fluya en el momento justo, al profesional adecuado y sin fricciones. Las clínicas que lo logren estarán mejor posicionadas para los desafíos de la salud digital.